Foto: Roy Leyra / Cuba Noticias 360
Ni las palabras marcha, Yunior García o grupo Archipiélago fueron pronunciadas por el presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez durante su intervención en la televisión nacional la noche de este viernes, justo antes del 15 de noviembre. Su mensaje fue claro: el Partido y Gobierno «estamos preparados para enfrentar cualquier acción», aunque nunca mencionó abiertamente al dramaturgo, principal organizador de la Marcha Pacífica por el Cambio, ni al grupo que también planea la actividad.
En lugar de eso, recurrió al habitual discurso que culpa a Estados Unidos por los «intentos desestabilizadores», aludiendo a «toda una intención mediática, una estrategia imperial para tratar de destruir la revolución», algo que, según él, «no nos quita el sueño» porque «estamos listos para defender la revolución».
Su aparición buscó reflejar una imagen renovadora del gobierno, destacando a toda costa su compromiso con los verdaderos problemas que enfrenta la población cubana y la certeza de que, tras la caída de los casos de COVID-19, la Isla y su economía se recuperarán.
Según el jefe de Estado, el futuro del país se genera desde el presente «con esperanza, prosperidad y Revolución». Luego, enumeró las buenas noticias que él considera motivos de celebración para los ciudadanos: los resultados en el control de la COVID-19, la gradual reactivación de la economía, el retorno al curso escolar, la inauguración de la Bienal de La Habana y la puesta en marcha de una instalación biotecnológica de alta tecnología con capital 100% cubano en Mariel.
La intervención se centró en la apertura de las fronteras y la posterior reanudación del turismo internacional como las únicas vías para mejorar los indicadores económicos del país, después del saldo negativo ocasionado por el ordenamiento y el impacto de la crisis sanitaria.
De acuerdo con Díaz-Canel, se espera recibir en lo que resta del año casi la mitad de los viajeros que han llegado hasta ahora, tomando en cuenta cómo están operando los turoperadores y agencias de viajes. «Tendremos secuencias que superan el centenar de vuelos semanales y se incrementarán en enero y febrero del próximo año, aunque la recuperación de la actividad turística no será inmediata», concluyó de manera indirecta.
Fue al hablar sobre el turismo que, por única vez, hizo referencia a la inflación que afecta a los cubanos como resultado del ordenamiento y que ha provocado una considerable disminución en el nivel de vida. Destacó que la actividad turística, considerada la locomotora de la economía cubana, enfrenta el gran reto de concretar negocios con el sector privado, y su desarrollo debería influir en el equilibrio del fenómeno inflacionario.
Además, en la intervención de más de una hora, no faltó el repetido argumento: «Lo que hemos enfrentado ha tenido como un elemento adicional de mucho rigor, la cruel y criminal política del imperialismo yanqui contra Cuba, que intentó aprovechar este momento de incertidumbre para incrementar el bloqueo, para difamar y calumniar».
Finalmente, el mandatario justificó la postura del gobierno tras el 11 de julio: «Estamos abiertos al diálogo, al debate y al perfeccionamiento de la sociedad; queremos seguir ampliando nuestra democracia y los espacios de intercambio. Somos una sociedad cerrada a la presión, el chantaje y la injerencia extranjera».