Díaz Canel destaca la biotecnología en la Cumbre Iberoamericana | Noticias de Cuba 360

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Foto: Sputnik Mundo

Texto: Mónica Fernández

Este miércoles, el presidente cubano Miguel Díaz-Canel representó a Cuba en la Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno.

Desde el año 2000, ningún presidente cubano había tomado parte en la Cumbre. El periódico ABC indica que en las ediciones anteriores, fue el Ministro de Relaciones Exteriores Bruno Rodríguez quien lideró la delegación del país. La presencia de Díaz-Canel en esta edición tiene un significativo peso simbólico: se trata del primer encuentro internacional de Jefes de Estado en el que participa desde su nombramiento como Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba, además de su papel como presidente. La naturaleza mayoritariamente virtual del evento también favoreció su asistencia. Y, en última instancia, el tema tratado está estrechamente alineado con los intereses del mandatario cubano.

El lema de esta edición, “Innovación para el desarrollo sostenible – Objetivo 2030. Iberoamérica frente al reto del coronavirus”, permitió a Díaz-Canel destacar el potencial científico-tecnológico del país, un área que ha apoyado durante años y que fue objeto de su tesis doctoral: la interrelación entre gobierno, ciencia e innovación. Según cifras presentadas en su intervención, Cuba cuenta con un total de 229 entidades con este perfil: 141 centros de investigación, 26 centros de servicios científicos-tecnológicos, 61 unidades de desarrollo e innovación y un parque científico-tecnológico.

La imagen que el presidente cubano proyectó durante la Cumbre fue la de una Cuba altamente avanzada en el sector biotecnológico. “Un robusto sistema de ciencia e innovación tecnológica, con una industria biotecnológica y farmacéutica eficiente y avanzada, aliado a un sistema de salud universal, gratuito y de calidad, respaldado por recursos humanos altamente calificados, ha hecho posible la respuesta cubana a la pandemia, que parece sorprender a algunos”, mencionó en su discurso. Esta percepción contrasta con un reportaje de Reuters publicado esta misma semana: “Mientras Cuba lidera la carrera para convertirse en el primer país de América Latina en desarrollar su propia vacuna contra la COVID-19, el país enfrenta una grave escasez de medicamentos básicos en medio de su peor crisis económica en décadas”. No es el único medio que ha resaltado la continua falta de medicamentos esenciales y el aumento de enfermedades tratables como la sarna, justo cuando el país ha dirigido la mayor parte de sus recursos a combatir la pandemia y a impulsar los candidatos vacunales cubanos, con el objetivo de lograr la primera vacuna latinoamericana contra la COVID-19.

Díaz-Canel, en su intervención, reiteró su expectativa de inmunizar a toda la población cubana antes de que finalice 2021, lo cual posicionaría a Cuba con estándares de vacunación similares a los de los países desarrollados. Los ensayos clínicos y acuerdos de producción con Irán y Venezuela podrían dar lugar a una capacidad productiva que permita suministrar vacunas a aquellos países que aún no tienen acceso a los principales proveedores. Esto también solidificaría la reputación de Cuba como proveedor farmacéutico, una apuesta en la que el país ha estado trabajando durante varios años. El gran inconveniente es que, aparentemente, esto está ocurriendo a expensas de los suministros para la población cubana.

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