Foto: ACN
Texto: Hugo León
Hasta ahora, un total de 35 trabajadores del central azucarero Mario Muñoz Monroy, ubicado en Matanzas, han sido desvinculados de sus funciones debido al robo de azúcar, según informan medios de prensa locales.
Un reportaje de TV Yumurí señala que estas actividades delictivas están poniendo en jaque a la administración del ingenio, que enfrenta una molienda poco exitosa por el alto volumen de caña quemada, problemas tecnológicos y escasez de piezas.
El Mario Muñoz Monroy tiene comprometidas 25,800 toneladas de azúcar y es uno de los dos centrales que permanecen operativos en la provincia occidental; sin embargo, a medida que la zafra avanza, su producción no alcanza ni la mitad de lo previsto.
Según la dirección del central, 16 de los trabajadores despedidos ocupaban cargos calificados, tales como puntistas, estibadores y operadores del área de evaporación, y algunos de ellos contaban con 15 a 20 años de labor en el ingenio.
“El problema del robo de azúcar nos impide trabajar. Pasamos más tiempo persiguiendo a los ladrones que dedicándolo a las tareas propias de la industria”, explicó a la prensa estatal el director del ingenio, Jorge Santana Hernández.
A diferencia de años pasados, cuando el azúcar se extraía en la noche, esta vez el procedimiento ha cambiado: “Ahora lo hacen en cualquier momento del día, especialmente durante los cambios de turno”, relató el directivo.
Además, Santana comentó que los ladrones “generalmente vienen en grupo, con el rostro cubierto y armados con cuchillos, logrando sustraer decenas e incluso cientos de sacos a diario”, muchas veces con la complicidad de algunos trabajadores, a pesar de que la vigilancia ha sido reforzada en la instalación.
Por otra parte, aseguró que se han recuperado cantidades significativas de azúcar, pero los intentos de robo continúan, y ante el menor descuido, los delincuentes ingresan al central picando las mallas o abriendo boquetes en la cerca de mampostería.
Según él, esta situación es inédita para él, quien ha trabajado en 13 centrales distintos.
El director también expresó su frustración por la falta de acciones legales contra los delincuentes: “Este es el azúcar del pueblo y nadie tiene derecho a robárselo”, afirmó.
Estos robos ocurren en medio del aumento del precio del azúcar en el mercado, donde un saco puede superar los 10,000 pesos, mientras que el salario de un trabajador del central ronda los 3,000.