Foto: Roy Leyra | CN360
A pesar del donativo de 84 ómnibus provenientes de Japón, la situación del transporte en la capital sigue siendo crítica. Esto sin mencionar los exorbitantes precios de los transportistas privados. Los habitantes de La Habana catalogan esta circunstancia como desastrosa, mientras que funcionarios del sector han admitido la seriedad del problema y la deficiente calidad del servicio que se ofrece en la actualidad.
Marta Oramas Rivero, viceministra primera de Transporte, enfatizó que se están explorando alternativas para asegurar la movilidad en la capital, dado el bajo número de vehículos disponibles. Actualmente, solo circulan en la ciudad 442 ómnibus de la Empresa Provincial de Transporte, lo que resulta insuficiente para mover a más de 580 mil personas diariamente, una cifra significativamente menor a la demanda de la población.
Un informe de Directorio Cubano indica que hace tres años, La Habana contaba con 780 ómnibus y un 20% de unidades de reserva. La viceministra también reconoció que el coeficiente de disponibilidad técnica es el más bajo registrado en la última década.
No es un secreto que, ante esta crisis, se ha solicitado la colaboración de organismos con transporte propio para apoyar el sistema estatal de transporte.
En total, 54 ómnibus, principalmente del Banco de Crédito y Comercio y de la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI), se han añadido al servicio, priorizando las áreas de La Habana Vieja, Centro Habana, La Lisa y Arroyo Naranjo, según informó Lauger Medina, director de Planeamiento y Desarrollo.
Otro aspecto importante es la necesidad de que todos los vehículos estatales detengan su marcha en las paradas para recoger pasajeros. Frente a esta situación, los inspectores serán estrictos: “Serán intransigentes con el cumplimiento de la obligación de parar por parte de los conductores y de los organismos a los que pertenecen”, recalca Oramas Rivero.