Texto: Hugo León
Foto: Shutterstock
Una nueva especie bacteriana detectada en la estación espacial china Tiangong ha asombrado a la comunidad científica debido a su notable capacidad de adaptación a condiciones extremas.
Denominada Niallia tiangongensis, esta cepa constituye una variante completamente nueva dentro del género Niallia y tiene el potencial de transformar nuestra comprensión sobre la vida microbiana en el espacio.
El hallazgo fue realizado por el Grupo de Biotecnología Espacial de Shenzhou, en colaboración con el Instituto de Ingeniería de Sistemas Espaciales de Pekín, y ha sido publicado en la prestigiosa revista International Journal of Systematic and Evolutionary Microbiology.
Encontrada sobre la superficie de un equipo dentro del módulo orbital, Niallia tiangongensis pertenece a la familia Cytobacillaceae. Aunque se asemeja morfológicamente a otras bacterias de su grupo, los análisis genómicos han puesto de manifiesto diferencias funcionales significativas que la catalogan como una “superbacteria” del espacio.
Entre sus capacidades más notables se destaca su tolerancia a niveles elevados de radiación, así como su habilidad para formar esporas extremadamente resistentes y biofilms protectores. Estos mecanismos le permiten resistir entornos adversos, caracterizados por la escasez de nutrientes, el vacío y la exposición constante a rayos cósmicos.
Más allá de su resistencia física, lo que ha atraído la atención de los científicos es su capacidad metabólica: esta bacteria tiene la habilidad de obtener carbono y nitrógeno de elementos básicos, lo que le permitiría sobrevivir incluso en ambientes con pocos nutrientes.
Curiosamente, ha perdido la capacidad de procesar otras fuentes de energía comunes en sus parientes terrestres, lo que sugiere un proceso de adaptación específico al entorno espacial cerrado.
Implicaciones futuras de este descubrimiento
La cepa fue aislada como parte del Programa del Microbioma del Área Habitable de Tiangong, una iniciativa que monitorea de manera regular la flora microbiana dentro del laboratorio orbital. Las muestras fueron recolectadas por la tripulación de la misión Shenzhou-15 y analizadas posteriormente en la Tierra utilizando tecnologías de imagenología avanzada y estudios filogenéticos comparativos.
Según los investigadores, el descubrimiento de Niallia tiangongensis desafía las nociones previas sobre la adaptación microbiana. Su análisis será crucial para el diseño de sistemas de soporte vital en misiones prolongadas, así como para optimizar los protocolos de bioseguridad que protegen a las tripulaciones.
Aunque aún no se ha confirmado que esta bacteria represente un riesgo inmediato, se sabe que su pariente terrestre, Niallia circulans, puede provocar infecciones severas en personas inmunodeprimidas, incluyendo sepsis.
Esto lleva a los expertos a reevaluar los protocolos de descontaminación en naves espaciales, teniendo en cuenta que incluso las salas limpias utilizadas por agencias como la NASA han registrado la presencia de microorganismos altamente resistentes.