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En la isla, las actividades ilegales relacionadas con la pesca y venta de la jicotea cubana, una especie en peligro de extinción, están aumentando cada vez más.
Una publicación en la página de Facebook La Hora de Cuba condenó estas prácticas y recordó que están penadas por la legislación vigente en la isla.
“No es nuevo que los cubanos, ante la crisis alimentaria o el afán de lucro, busquen alternativas en su dieta o economía a través de especies en peligro de extinción. Sin embargo, es aún más preocupante que esto ocurra con especies autóctonas amenazadas”, afirma la publicación de Mario Ramírez.
El texto añade que, en tiempos recientes, la jicotea cubana ha pasado a ser un producto habitual en los grupos de venta de la red social y en la plataforma Revolico.
Se reporta que los precios de venta de un ejemplar adulto varían entre 100 y 300 pesos cubanos.
“Lo más alarmante es el éxito que se observa en las publicaciones de compra-venta, ya que la jicotea no solo es apreciada por el valor nutricional de su carne, sino también por sus huevos, su caparazón y su uso en rituales de la religión yoruba”, argumenta Ramírez.
Según el autor, la jicotea cubana figura entre las especies prohibidas por la ley número 129/2019 (Ley de Pesca). El artículo 32 de esta ley, que fue aprobada en julio de 2019, establece que no está permitido en territorio cubano “capturar, extraer, desembarcar, transportar, procesar y comercializar” especies hidrobiológicas que se encuentren en régimen especial de protección, amenazadas o en peligro de extinción, como es el caso de la jicotea.
La sanción para quienes infrinjan esta normativa podría ser de al menos 2,500 pesos, aunque parece que se aplica con poca frecuencia, y “parece insuficiente para los vendedores, que suelen obtener ganancias mucho mayores”, según se menciona en el texto.
Por otro lado, se subraya que el recientemente aprobado Decreto-Ley de Bienestar Animal no menciona ninguna de las especies de tortugas que se encuentran en la isla. Por esta razón, La Hora de Cuba realizó una denuncia sobre la comercialización ilegal de jicoteas en Camagüey ante el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), a través de su página de Facebook.
Según la publicación, “en un primer contacto, la respuesta de la institución fue una promesa de consultar con el subdelegado de Medio Ambiente para proporcionarnos una respuesta. Tras insistir, no recibimos respuesta”.
También añaden que, en una consulta anónima realizada a trabajadores de la Empresa Nacional para la Flora y la Fauna, se mencionó que “la situación de las jicoteas es desoladora, como se ha reflejado tanto en el Libro rojo de los vertebrados en Cuba como en los listados de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Además de la pesca ilegal, citaron como factores de amenaza la proliferación de criaderos de clarias, un depredador natural de las jicoteas”.
La jicotea cubana mide aproximadamente entre 18 y 27 centímetros, carece de dientes y es la única tortuga cubana que habita en aguas dulces, prefiriendo hábitats con abundante vegetación.
“Mientras la impunidad y la corrupción continúen afectando todos los niveles del problema, la alerta sobre la desaparición de la trachemys decussata (tortuga cubana) podría llegar demasiado tarde. La jicotea del son de Mayohuacán se quedará, lamentablemente, sin caparazón y esta vez la lentitud no será una ventaja”, concluye el autor.