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Un grupo de 26 legisladores demócratas ha instado al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, a que alivie aún más las sanciones contra Cuba para facilitar la distribución global de las vacunas contra la COVID-19 que produce el país caribeño.
Los miembros de la Cámara de Representantes, liderados por Ayanna Pressley (Massachusetts) y Steve Cohen (Tennessee), redactaron una carta en la que también reconocen la flexibilización de las restricciones en los viajes y el envío de remesas hacia la isla.
Sin embargo, solicitan una colaboración bilateral en el ámbito de la salud pública.
“Como paso inicial, le pedimos que revise la política de EE.UU. respecto a Cuba para promover una mayor equidad global en la distribución de vacunas, centrándose en garantizar que las sanciones de EE.UU. no obstaculicen los esfuerzos actuales o futuros de Cuba para compartir sus vacunas contra la COVID-19”, señala la carta.
La solicitud también incluye la posibilidad de que Cuba ofrezca otros tipos de vacunas, tecnología y apoyo médico a países de bajos ingresos en todo el mundo.
Los demócratas han instado a Biden a centrarse en políticas específicas que dificultan la cooperación sanitaria, incluyendo la eliminación de Cuba de la lista de estados patrocinadores del terrorismo, “lo que limita e intimida a las instituciones financieras para que no realicen transacciones relacionadas con equipos médicos” y agregar las vacunas cubanas a la lista de vacunas reconocidas por EE.UU.
Aunque esta carta podría no ser bien recibida por otros legisladores, como el republicano Marco Rubio, la administración de Biden ha comenzado a mostrar señales de reconsiderar los aspectos más restrictivos de su política hacia Cuba, especialmente los impuestos durante la era de Donald Trump.
“Estamos de acuerdo con el enfoque de su administración que busca abordar la situación humanitaria y responder a las necesidades del pueblo cubano”, afirmaron los legisladores.
El llamado de los demócratas también surge de la necesidad urgente de vacunas contra la COVID-19 en países de bajos ingresos que no pueden acceder a las vacunas ampliamente disponibles en naciones más ricas, o donde las circunstancias dificultan la distribución general de los inmunógenos.
“Mientras que más del 75% de las personas en los países de altos ingresos han recibido al menos una dosis, solo el 10% de las personas en los países de bajos ingresos han recibido al menos una dosis”, enfatizaron.
Los legisladores afirmaron que las vacunas cubanas, producidas a bajo costo con una infraestructura limitada, podrían respaldar el objetivo de la administración Biden de distribuir vacunas eficaces y asequibles en todo el mundo.
“Las sanciones de EE.UU. a Cuba bloquean directamente estos objetivos, no solo al perjudicar la capacidad del país para vacunar a su propia población, sino también al obstaculizar su capacidad de producir y distribuir vacunas a otros países que aún enfrentan escasez”, señalaron.
Por otro lado, los legisladores reconocieron que las vacunas cubanas aún no han sido completamente verificadas por la comunidad médica internacional ni cuentan con la certificación de la OMS.
“Sin embargo, Cuba y la OMS se han reunido en dos ocasiones para iniciar el proceso de inclusión en la lista de uso de emergencia, y la eficacia de estas vacunas se ha evidenciado en la notable disminución de casos de COVID-19 y de muertes en Cuba desde el inicio de la campaña de vacunación”, concluyeron.