Foto: Otniel Márquez
Un grupo de jóvenes cubanos de la localidad occidental de Artemisa está llevando a cabo un proyecto para la creación de una planta procesadora de residuos sólidos plásticos, con el objetivo de transformarlos en madera plástica.
Esta iniciativa, denominada Nudo: un Proyecto de Desarrollo Local (PDL), cuenta con la participación de Alejandro Concepción Martínez y Roberto González Quintana. Ambos innovadores buscarán producir materiales utilizables a partir de plásticos reciclados.
El proceso, que se considera material sustituto de la madera, se elabora a partir de plásticos reciclados mediante su plastificación y extrusión en moldes previamente diseñados, como explica el ingeniero González Quintana.
Las autoridades provinciales de Artemisa, junto a los creadores del proyecto, planean poner en marcha próximamente esta planta procesadora de desechos plásticos. Según los innovadores, el proceso permitirá la fabricación de tablas, estacas, ladrillos, tubos, horcones y otros elementos de gran utilidad en la construcción de pallets, pasarelas, barandas, cajas de envases y partes de viviendas, entre otras aplicaciones.
En Cuba, siempre se ha promovido la producción de alternativas innovadoras para intentar reducir la necesidad de importar diferentes tipos de productos. La escasez de recursos y materiales en el sector constructivo, especialmente en el ámbito de la vivienda, es uno de los indicadores de crisis más recurrentes en el país desde hace varios años, por lo que no sorprende que este tipo de soluciones busquen mitigar la situación habitacional.
Los creadores del proyecto aspiran a conectar este proceso con sectores y programas económicos cubanos, como el de la Vivienda y la producción de alimentos, mediante la obtención de diversos insumos para la industria de la construcción y el sector agrícola, que enfrenta actualmente una crisis sin precedentes tras la conocida Tarea Ordenamiento.
A pesar de las expectativas y la novedad que pueda aparentar el proyecto, sus fundadores reconocen que esta no es una tecnología completamente nueva. “El uso de plástico de desecho para crear plástico de uso no es en absoluto novedoso. Sin embargo, la verdadera fortaleza de este proyecto reside en su impacto ambiental y social”, afirma Concepción Martínez al periódico local El artemiseño.
