Foto: EFE
Texto: Hugo León
Un informe publicado este jueves por el diario The Wall Street Journal (WSJ) asegura que los gobiernos de China y Cuba han llegado a un acuerdo para establecer una base de espionaje electrónico del gigante asiático en la Mayor de las Antillas.
El medio estadounidense cita como fuentes a funcionarios que tienen acceso a informes de inteligencia altamente clasificados, quienes afirman que el propósito de esta instalación sería captar señales electrónicas y robar secretos militares de Estados Unidos.
De acuerdo con el artículo, Pekín ya habría logrado un principio de acuerdo con La Habana para la construcción de esta instalación, lo que permitiría a los servicios de inteligencia chinos vigilar las bases militares en el sur de Estados Unidos.
Además, podría monitorear el tráfico de barcos de origen estadounidense en el estrecho de la Florida.
A cambio, Cuba recibiría miles de millones de dólares, lo que representaría un importante aliciente para la crisis económica que enfrenta.
El informe de WSJ no ofrece la ubicación posible o exacta de la base en Cuba, y las fuentes citadas tampoco especificaron si la construcción ha comenzado ya.
Tensiones y más tensiones
La mera idea de que exista una base china con capacidades de inteligencia y militares avanzadas tan cerca de Estados Unidos es considerada por analistas como el inicio de una amenaza sin precedentes.
En relación a esto, el vocero del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Kirby, manifestó que aunque no puede hablar específicamente sobre este informe, su país es muy consciente “de los esfuerzos de la República Popular China en invertir en infraestructura en todo el mundo, que podría incluir bases militares, incluso en este hemisferio”.
Agregó que Washington está monitoreando de cerca este tema y que se están tomando medidas para contrarrestar la situación.
“Confiamos en que podemos cumplir con todos nuestros compromisos de seguridad en casa, en la región y en todo el mundo”, señaló.
En febrero pasado, las relaciones entre Washington y China vivieron otro momento álgido cuando las autoridades estadounidenses descubrieron un globo chino sobrevolando territorio de la Unión, el cual, se presume, estaba recopilando información. Por orden del presidente Joe Biden, el artefacto fue derribado por el ejército, lo que generó reclamos del mandatario chino Xi Jinping.
