Foto: Roy Leyra / CN360
La emblemática heladería Coppelia, situada en el Vedado habanero, ha comenzado a operar a su máxima capacidad. Con la reciente reapertura de los locales tras la declaración del gobierno cubano sobre el regreso a la normalidad después de la pandemia del COVID-19, la institución había estado funcionando al 50 % de su capacidad desde septiembre, y únicamente mediante reservaciones telefónicas.
Coppelia es famosa por sus largas colas, que, aunque pueden ser extensas, no siempre requieren mucho tiempo de espera. Esta podría ser una de las razones por las que, como medida sanitaria, se implementó el sistema de citas por teléfono.
Días antes de que el gobierno de La Habana anunciara la reapertura total de Coppelia, el diario Granma publicó un reportaje sobre la conocida “Catedral del Helado”, en el que se denunciaban nuevas irregularidades, como la dificultad para conseguir el sistema de reservación telefónica, y problemas antiguos como el maltrato del personal hacia los consumidores.
Muchos lectores del periódico estatal cubano expresaron su decepción porque, de un reportaje tan amplio, la única respuesta que ofreció la dirección de la heladería fue la decisión de abrir a plena capacidad.
“Esto es una respuesta a una de las denuncias planteadas por los periodistas que realizaron el trabajo. ¿Y qué hay de lo que se trató en el artículo? El mal servicio. Las medidas para no vender helados defectuosos. Las bolas de helado huecas. La venta de las tinas por la izquierda. La negativa del Administrador a atender y responder a los periodistas. Seguramente había más situaciones que evidencian el mal funcionamiento y el irrespeto hacia el público en un establecimiento donde se invirtió tanto dinero en su restauración”, comentaba uno de los lectores en la nota de Granma.
En el reportaje citado se mencionaba la dificultad para comunicarse con la heladería, así como la imposibilidad de entrar debido a fallos en la atención durante la mañana o la tarde, y el hecho de que solo se podía disfrutar de dos especialidades mientras Coppelia operaba a su mitad de capacidad.