El Gobernador de Texas, Greg Abbott, ha comunicado su intención de bloquear la entrada de migrantes a territorio norteamericano mediante una serie de medidas, entre las cuales destaca la colocación de alambres de púas en el Río Bravo, en las áreas de alto tráfico.
Asimismo, prevé instalar bloqueadores de botes en el río para disuadir a las personas que llegan en los puntos de mayor tránsito, especialmente durante la noche.
Según explica Univisión, el político republicano también ha decidido desplegar más de 10 mil guardias en la frontera, quienes estarán equipados con material antimotines para enfrentar posibles caravanas de indocumentados.
Abbott, que busca su reelección promoviendo una fuerte política contra la migración, anunció que habilitará autobuses para que los recién llegados de otras naciones sean enviados directamente a Washington DC.
«Los estamos enviando al Capitolio de los Estados Unidos donde el gobierno de Biden podrá abordar de forma más inmediata las necesidades de las personas a las que les están permitiendo cruzar nuestra frontera», afirmó el gobernador, en clara acusación al actual gobierno demócrata, que ha suavizado las restricciones de entrada de indocumentados tras la era Trump.
El Río Bravo ha acaparado titulares en los medios por ser el escenario final de la migración latinoamericana desde México hacia Estados Unidos. Según la BBC, es un río de baja profundidad y anchura, ya que en los sectores de cruce de migrantes puede llegar a medir 2.5 metros de profundidad y entre 5 y 15 metros de ancho. Sin embargo, su verdadero peligro son las crecidas súbitas.
En las últimas semanas, se ha hecho común la difusión en redes sociales de imágenes y videos de cubanos cruzando el famoso río en grupos, e incluso atados con una cuerda para evitar separarse debido a la fuerza de la corriente.
En marzo, la entrada de cubanos por la frontera sur de Estados Unidos alcanzó un nuevo récord, con más de 32 mil llegadas, prácticamente el doble de los casi 16 mil 500 contabilizados en febrero.