Foto: Roy Leyra | CN360
Las autoridades de la Dirección de Hidrología e Hidrogeología del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH) han calificado la situación hidrológica en Cuba como “moderadamente seca”, tras un análisis de las precipitaciones y el estado actual de los embalses y acuíferos del país.
En enero de 2023, las lluvias alcanzaron solo el 36 % del promedio histórico, resultando en un acumulado de 16,7 milímetros de precipitaciones. La provincia con el menor porcentaje de lluvia relativa fue Ciego de Ávila, con solo 1,6 mm de agua.
Más de un centenar de embalses en la isla caribeña están aproximadamente al 54 % de su capacidad total, una cifra inferior a la registrada en enero de 2022. Del total de 88 embalses destinados al suministro de agua para la población cubana, 45 tienen menos del 50 % de su capacidad y 22 no alcanzan ni el 25 %, según el informe del periódico Trabajadores.
La situación del agua en Cuba se ha ido deteriorando, no solo por cambios medioambientales, sino también por un deterioro gradual de la infraestructura hidráulica en el país. Aunque se han realizado reparaciones intermitentes, estas aún no logran restaurar su eficacia.
Los problemas de fugas y una distribución ineficiente del recurso ocasionan un descontrol en su gestión. Recientemente, en provincias como La Habana, se han reportado fallas significativas relacionadas con fuentes de suministro, como la Cuenca Sur, que, aunque se han solucionado con cierta rapidez, requieren análisis y soluciones efectivas.
Esta crisis se agrava por un periodo de sequía cada vez más pronunciado, resultado del cambio climático, lo que ha llevado a los funcionarios del sector a hacer un llamado para el ahorro de este recurso tanto en el sector privado como en el empresarial.