Foto: Roy Leyra | CN360
Los huevos siguen siendo uno de los productos más demandados en la mesa de los cubanos y, al mismo tiempo, de los más caros en el mercado negro de la isla. A esto se suma la reducción en su venta por parte del gobierno, que desde hace meses solo ofrece cinco unidades por persona en las bodegas.
Una nota del medio estatal Cubadebate asegura que en esta misma fecha del año pasado, el precio de un cartón de huevos era de 1,500 CUP, una cifra que ahora ha aumentado a alrededor de 2,800 CUP en el mercado negro, “casi el doble de la media de una pensión en Cuba”.
Además, se señala que “si a esto se suma la escasez de otras fuentes de proteínas, la inflación descontrolada, la depreciación de la moneda nacional y el continuo aumento de los precios en el mercado negro, poner un plato de comida en la mesa se ha convertido en una tarea titánica”.
Para ampliar las razones que han llevado al país a esta escasez de huevos, dedican un texto donde citan varios reportes de medios provinciales y reconocen que “las autoridades del Ministerio de la Agricultura declinaron ofrecer declaraciones”.
Según un campesino de Artemisa, por ejemplo, el principal problema en la producción de este alimento se debe a los altos precios del pienso y el maíz, esenciales para la alimentación de las gallinas.
“Tengo 10 gallinas y no obtengo casi ganancia. Estoy vendiendo los cartones a 1,800 y la gente ni espera a que estén completos, los llevan por docenas”, indicó la fuente.
Mientras tanto, un reporte del periódico Venceremos señala que en Guantánamo, en 2021, se produjeron poco más de 64 millones de huevos, nueve millones menos de lo planificado. “En 2022 había un déficit del 50% del plan (47,413,700 huevos). La insuficiente alimentación de las gallinas y la tardía entrada de sus reemplazos al territorio fueron las causas principales de esta carencia productiva”, afirma el texto del medio provincial.
Por su parte, Santiago de Cuba no presenta un panorama diferente. Según el periódico Sierra Maestra, la Empresa Avícola de esa provincia tenía una cantidad real de 277,600 aves, 110,200 menos de las previstas. “En relación con lo planeado para la producción de huevos, 82,337,300, se había obtenido un total de 40,889,800, lo que significa que hay 41,447,500 menos, resultando en un 49.7% de cumplimiento”, añade el texto.
Respecto a las razones detrás de estos desalentadores datos, el director de Producción y Comercialización de la empresa estatal santiaguera, Disney Coello Muñoz, afirmó que se debía a una “situación crítica con la materia prima para la elaboración del pienso; principalmente, hay problemas con la disponibilidad de soya y maíz”.
En el caso de Ciego de Ávila, en esta misma fecha del año pasado, “más de la mitad de las gallinas avileñas no estaban poniendo. El porcentaje de posturas rondaba el 43%. Es decir, de cada 100 aves, 57 no pusieron ese día”.
“Por eso, si decimos que han estado varios días sin comer, que otras han picoteado una mezcla escasísima de proteína, que algunas no han tenido agua a tiempo por falta de corriente y, además, tampoco cuentan con suficiente luz para estimular la puesta; que han comido fuera de horario debido a retrasos en el alimento; que hay aves viejas que siguen en producción 14 meses después de lo indicado, pero aun así, de cada 100 gallinas, 43 logran sobreponerse a ese estrés y poner un huevo, la noticia puede sonar incluso alentadora”, se podía leer en el texto del periódico avileño Invasor.
A todo esto se suman la falta de cartones en varios territorios del país debido a la rotura de la fábrica de La Habana, lo que trajo consigo la imposibilidad de recolectar huevos durante varios días.
El gobierno del país ha lanzado una “estrategia para contrarrestar la baja producción de huevos”, en la que apostó por la cría de gallinas semirrústicas y codornices en varias zonas de la isla.
“Estas aves son más fáciles de alimentar ante la falta de piensos industriales para la crianza de otras razas, porque se alimentan con comida alternativa y pasto verde (hierbas, insectos, minerales y otros alimentos como leucaena, frijoles gandul y soya, maíz). La codorniz, por ejemplo, consume menos y su tiempo de producción es relativamente corto”, asegura Cubadebate.
No obstante, las autoridades han reconocido que estas alternativas no son suficientes para satisfacer las necesidades de la población y que el aumento de los precios del huevo incide en otros productos como los dulces.
La realidad es que la industria no cuente con la capacidad para suplir la demanda, mientras los precios en el mercado negro continúan en constante ascenso, lo que hace que muchos cubanos no puedan permitirse su consumo en la actualidad.