Foto: Roy Leyra | CN360
Texto: Hugo León
Resulta casi imposible encontrar algo a buen precio en Cuba en estos momentos, pero, considerando la situación extraordinaria provocada por el huracán Ian a lo largo del país—aunque solo afectó a la Isla de la Juventud y Pinar del Río—era previsible que algunos productos de alta demanda tuvieran precios más bajos ante el temor de los vendedores de perderlos.
La carne de cerdo es uno de esos productos, una de las más queridas por las familias cubanas. Sin embargo, ha sido cada vez más rara en las mesas de los ciudadanos comunes debido a su alto costo, que actualmente se sitúa en 340 pesos o más por libra, dependiendo de la calidad de la carne.
En Centro Habana y El Vedado, por ejemplo, la libra de pierna, paleta, cocote y lomo oscila entre 340 y 380 pesos cubanos, mientras que la carne deshuesada puede costar entre 450 y 500 pesos, aunque esta es más difícil de conseguir.
En comparación con semanas anteriores, el precio de la carne deshuesada ha disminuido ligeramente, ya que en El Vedado llegó a alcanzar los 550 pesos hasta hace una semana, mientras que los otros cortes se mantuvieron en un rango de precios similar durante ese tiempo.
Después de dialogar con dos vendedores que pidieron permanecer en el anonimato, el equipo de Cuba Noticias 360 presenta la perspectiva de estos carniceros sobre la fluctuación de precios en estos días:
Ambos comentaron que en los días previos al paso del huracán, a pesar de las expectativas, las ventas se mantuvieron en niveles normales para un fin de semana, incluso sabiendo que Ian llegaría a inicios de semana, cuando muchos mercados en la capital están cerrados los lunes.
El día martes, algunos negocios privados abrieron, a pesar de las condiciones climáticas adversas en la ciudad, con lloviznas casi todo el día y vientos sostenidos de hasta 80 kilómetros por hora, y rachas superiores a los 120. Sin embargo, según varios trabajadores, las ventas fueron escasas.
No obstante, tras el paso de Ian, ocurrió algo inesperado en La Habana, coincidieron ambos entrevistados: nadie imaginó que habría un apagón en todos los municipios de la ciudad, y mucho menos que duraría tanto tiempo.
Como ellos explicaron, no solo los consumidores temían que su comida se echara a perder, sino también ellos mismos y muchos vendedores que no cuentan con las neveras adecuadas para conservar los productos. Si el precio bajó ligeramente, es principalmente por el temor de tener que desechar la comida.
Aun así, afirmaron que, al menos en su caso, ya no almacenan varios cientos de libras en sus neveras diariamente, ya que la disponibilidad de cerdo es menor que antes.
Mientras tanto, tres días después del paso de Ian, y con parte de la capital aún sin electricidad, estos vendedores consideran que el precio podría seguir aumentando.
Uno de ellos mencionó que ya no recuerda cuál fue el precio más alto al que ha vendido la carne, pero de forma jocosa, hizo una apuesta con un amigo hace un par de meses sobre si en diciembre la carne de cerdo podría alcanzar los mil pesos por libra.