Foto: Yle
El ex secretario ejecutivo del Consejo de Ministros de Cuba, Carlos Lage, quien fue destituido por Raúl Castro en 2009 junto al canciller Felipe Pérez Roque por «graves errores» y «abuso de poder», ha pedido recientemente «cambios profundos» en Cuba para alcanzar el socialismo y manifestó que confía «firmemente en la revolución».
«Confío en la revolución y creo firmemente que el socialismo es una sociedad más justa y más humana. En nuestro caso, el de Cuba y los cubanos, la única forma de ser independientes como nación y dignos como pueblo, aunque a ese socialismo solo se pueda llegar con cambios profundos, muchos más que en los últimos 20 años. Es ineludible traspasar supuestos límites y correr riesgos. Eso es ahora lo verdaderamente revolucionario. Ante cualquier disyuntiva que se presente en el futuro, cualquiera que hayan sido las causas, estaré del lado que beneficie a la revolución», afirmó Lage.
Las declaraciones del ex dirigente fueron realizadas en un video publicado en redes sociales con motivo de la celebración de su 70 cumpleaños el pasado 15 de octubre. El audio se acompaña de fotos y reflexiones de quien fue uno de los políticos más importantes del país antes de su sorpresiva destitución. Lage reconoció que su separación del cargo fue un momento difícil, donde intervinieron Raúl y Fidel Castro; sin embargo, enfatizó que su admiración hacia Fidel «no es modificable».
«Las tareas y las responsabilidades en las organizaciones juveniles, en el partido y en el gobierno marcaron mi existencia y llenaron la mayor parte de mi vida adulta. Conocía a profundidad la grandeza revolucionaria, intelectual y humana de Fidel. Casi 20 de mis 70 años de vida fueron junto a él, incluyendo las jornadas interminables de incertidumbre, optimismo y firmeza del periodo especial. Lo sentí amigo y parte de la familia. Mi admiración y cariño hacia Fidel no es modificable».
«A la revolución me dediqué con pasión y sin límite de tiempo, con desinterés. Y sin vivir de ella. Me enorgullece que así haya sido», indicó.
Lage también reveló que su remoción de uno de los principales cargos políticos del país no lo tomó por sorpresa.
«La sustitución de mi cargo no me sorprendió; junto con Emma (su esposa) y los muchachos, la había anticipado. Ahí comenzó la segunda vida, muy diferente a la anterior. La resiliencia mostrada en esos momentos la forjaron Enma, mis hijos, mis hermanos, sobrinos, cuñados, toda la familia… Todos cerraron filas y me tuvieron más cerca que nunca», expresó.
Recordó que su destitución, que fue televisada en los medios nacionales, provocó que varias personas le dieran la espalda mientras que otros continuaron ofreciéndole su apoyo.
«En momentos complejos, algunos decidieron dejar de ser amigos; otros continuaron, algunos fueron aún más amigos y otros nuevos se hicieron presentes, nada que no hubiera sucedido antes. No sé cuál grupo fue mayor, pero sí el que alienta la alegría de vivir».
El ex político destacó que sigue recibiendo muestras de afecto incluso de personas que no conoce, que le han hecho vivir «momentos de verdadera emoción».
«Contribuyeron las innumerables muestras de respeto que he recibido con saludos, mensajes, gestos de conocidos y no conocidos. Una y otra vez me han hecho vivir momentos de verdadera emoción que todavía hoy suceden con relativa frecuencia», apuntó.
Tras su separación del cargo, volvió a ejercer como médico a los 58 años y actualmente trabaja como Director de Epidemiología del policlínico 19 de abril, en el municipio habanero de Plaza de la Revolución.
«Debía ser médico y hacía 35 años no ejercía. Un diplomado, una maestría, una especialidad, la especialidad de segundo grado y la categoría docente… me exigieron estudiar e incluso volver a las aulas a los 58 años, pero no encontré motivos para no hacerlo».
Carlos Lage y Felipe Pérez Roque eran considerados los principales políticos para suceder a Fidel Castro en el poder, y su destitución por el entonces presidente Raúl Castro impactó a la sociedad cubana.
En una reflexión publicada en 2009 en el diario Granma bajo el título «Las mieles del poder», el ya fallecido Fidel Castro dijo, sin mencionar nombres, que «la miel del poder por el cual no conocieron sacrificio alguno, despertó en ellos ambiciones que los condujeron a un papel indigno», y añadió: «El enemigo externo se llenó de ilusiones con ellos».
El diario Granma publicó tras la destitución sendas cartas de Lage y Pérez Roque dirigidas a Raúl Castro, en las que renunciaron a sus cargos y se auto inculparon por «los errores cometidos».
«Reconozco los errores cometidos y asumo la responsabilidad. Considero que fue justo y profundo el análisis realizado en la pasada reunión del Buró Político», dijo Lage. «Puede Usted estar seguro», agregó, «que mi nuevo puesto de trabajo será una oportunidad para continuar sirviendo a la Revolución y siempre, como hasta hoy, seré fiel al Partido, a Fidel y a Usted».