Foto: Jorge Luis Borges
El gobierno cubano implementará un impuesto del 10 por ciento sobre las ventas agropecuarias en un contexto donde la población sufre las consecuencias de una grave inflación, lo que resulta en una escasez de alimentos y precios elevados. Esto ha generado una creciente desesperación entre los consumidores, que no cuentan con la liquidez necesaria para acceder de manera estable a estos productos.
La imposición de un impuesto sobre las ventas minoristas, con un tipo impositivo para personas naturales y jurídicas que comercialicen productos agropecuarios de forma minorista, fue aprobada y publicada mediante la Resolución 16/2022 del Ministerio de Finanzas y Precios, incluida en la Gaceta Oficial de la República, que apareció este sábado en el periódico del Partido Comunista, Granma.
De acuerdo con lo estipulado, ahora se aplica un impuesto del 10 por ciento sobre las ventas minoristas a aquellos que comercialicen productos agropecuarios en mercados agropecuarios, en puntos de ventas de cooperativas de créditos y servicios, cooperativas de producción agropecuaria, productores individuales, ferias o eventos debidamente autorizados, así como en unidades de comercio minorista autorizadas para adquirir y vender productos agropecuarios, detalla el diario.
El economista cubano Pedro Monreal, al referirse a esta medida legislativa, comentó en su cuenta de Twitter que podría tener dos efectos probables: un aumento en los precios de los alimentos y un incremento de la desigualdad, dado que su impacto recaerá principalmente en los hogares de menores ingresos, que destinan un porcentaje relativamente mayor de sus recursos a la compra de alimentos.
Las altas autoridades de la isla han reconocido que la reforma económica conocida como Tarea Ordenamiento ha resultado en una inflación del 60 por ciento en los precios minoristas en los comercios y del 6,900 por ciento en el mercado informal, según reportes de la agencia AFP, lo que ha generado descontento entre la población.
El proceso de ordenamiento, que comenzó en enero a pesar de la pandemia, incluyó la unificación monetaria y cambiaria, el aumento de precios, salarios y la reducción de subsidios, así como una consecuente devaluación del peso cubano (CUP), lo que ha desacadenado una inflación en el mercado negro, que sigue creciendo debido a la escasez de productos.
Sin embargo, el viceprimer ministro y titular de Economía y Planificación, Alejandro Gil, al abordar en la Asamblea Nacional del Poder Popular el cierre del año 2021 con un 70 por ciento de inflación, aclaró que esto no es consecuencia del proceso de ordenamiento monetario, donde se unificó la moneda y se fijó el cambio del dólar en 24 pesos, además de realizarse una reforma salarial y de precios, de acuerdo con reportes de la agencia Prensa Latina.
En relación a la situación actual del país, Pedro Monreal también tuiteó que “el ordenamiento salió mal”, indicando que el aumento del costo de la canasta básica fue 7.9 veces mayor que el incremento del salario medio.
“Ante la falta de resultados positivos, el ordenamiento parece estar evolucionando hacia un programa antiinflacionario basado en la discutible capacidad de la planificación centralizada para generar eficiencia empresarial, así como en una perspectiva asistencialista para aliviar la pobreza”, sostuvo. Asimismo, consideró que esta iniciativa ha incrementado la desigualdad en la sociedad cubana.
Monreal también criticó el aumento del coste de la vida en un país que enfrenta una de sus peores crisis económicas en años, habiendo perdido el 13 por ciento de su Producto Interior Bruto (PIB) entre 2020 y septiembre de 2021.