Foto: Ramón P. Salazar
Recientemente, han surgido múltiples denuncias en los medios estatales cubanos sobre la profanación de tumbas en el cementerio de la provincia de Matanzas.
Un artículo del periódico provincial Girón presentó el testimonio de una familia cubana que, tras enterrar a un ser querido este mes, quedó horrorizada al observar la situación del cementerio San Carlos Borromeo en dicha ciudad.
Según María Esther Torres Ramírez, quien enterró a su madre el 3 de enero de 2023 en el camposanto de Matanzas, “cuando llegamos a la bóveda vimos varias cajas abiertas a las que les faltaban los restos. Había huesos por todas partes; parece que les quitaron las cabezas y articulaciones a las personas. Nunca había visto algo igual en mi vida. Uno de los trabajadores funerarios y el que sella la bóveda dijeron que denunciarían a la policía”.
Torres logró capturar algunas fotos que evidencian lo ocurrido y afirmó que “dejamos el cuerpo de mi madre con miedo, pero regresamos al día siguiente para verificar que estaba allí. No entiendo cómo puede haber gente tan cruel y despiadada”.
El informe señala que en la necrópolis de Matanzas “existen condiciones ideales para que individuos sin escrúpulos cometan sus fechorías, que van desde el robo de elementos de las bóvedas hasta la profanación de estas para extraer huesos con propósitos religiosos”.
Estas “condiciones ideales”, según el medio, se agravan debido a que el recinto es el tercero más importante de Cuba en términos de valor patrimonial, tanto por su arquitectura como por las personalidades que ahí descansan.
Además, se menciona que la vigilancia es inadecuada, presentando problemas con la plantilla de custodios, y que la falta de iluminación hace que la vigilancia se concentre únicamente en el área de entrada.
Entre los incidentes reportados por los familiares de los difuntos se encuentran los frecuentes robos de argollas de bronce, “al punto de que actualmente son muy pocas las tumbas que cuentan con este aditamento”. También se han documentado casos de sustracción de huesos, presuntamente para ceremonias religiosas.
Durante una visita al cementerio, se encontraron varias criptas “en condiciones deplorables”, tanto privadas como estatales. Según algunos directivos citados, “aunque llevan mucho tiempo sin atención, no pueden realizar ninguna acción sobre estas hasta que no aparezca un familiar”.
Asimismo, añadieron que “los organismos no se preocupan por su conservación” y que una brigada, “compuesta por un albañil y dos ayudantes, se encarga de brindar algo de mantenimiento con los escasos materiales disponibles que pueden destinarse a este fin”.
De acuerdo con las leyes cubanas, cuando un familiar detecta un delito o una situación anómala en su propiedad, debe comunicarlo inicialmente a la administración del centro, la cual deberá iniciar un proceso de investigación.
El nuevo código penal que entró en vigor recientemente establece en el artículo 233 de la Ley 151 de 2022 el delito de exhumaciones ilegales, según el cual “quien, sin cumplir las formalidades legales, realice o haga realizar una exhumación o el traslado de un cadáver o de restos humanos, incurre en una sanción de privación de libertad de seis meses a un año o multa de cien a trescientas cuotas, o ambas”.