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Unos 50 triciclos eléctricos deben someterse a un proceso de ensamblaje en agosto, los cuales entrarían en circulación durante el mes de septiembre, si las piezas llegan a Cuba.
Gran parte de ellos será destinados al municipio de Playa, tomando como punto nodal la calle 120, un lugar clave para las rutas de gacelas y ómnibus urbanos.
Según asegura el ingeniero Leandro Méndez Peña, director general de Transporte de La Habana, se establecerá, de esta manera, un enlace con otras zonas del territorio y con el municipio de La Lisa.
Otras áreas como Santa Fe también serán beneficiadas. Además, se entregarán cinco equipos a la base de Guanabacoa, que desde junio ya cuenta con 20 de estos vehículos.
En otras partes de La Habana podrían operar los triciclos eléctricos. La calle Línea es probable que sea una de ellas, dado que es una de las arterias principales de la ciudad, que conecta el centro y el oeste de la urbe.
Conocemos la profunda crisis del transporte que afecta duramente a La Habana, provocada, sobre todo, por la escasa disponibilidad técnica y las carencias de combustible.
Los triciclos eléctricos tienen suficiente carga para operar durante un máximo de ocho horas. Se trata de una opción de transporte para pequeñas distancias, dentro de los municipios.