Fotos: RL Hevia
El icónico gladiador cubano Mijaín López se perfila como uno de los grandes protagonistas de los Juegos Olímpicos de París. Aunque su participación en la competencia se limitará a un solo día debido a la naturaleza de la lucha grecorromana, alcanzar el máximo nivel y aspirar nuevamente a lo más alto del podio requiere meses de intenso entrenamiento.
Por esta razón, la preparación hacia la capital francesa ha sido diseñada meticulosamente, considerando que el tetramonarca olímpico ya tiene 41 años. “El cansancio está presente, los dolores en el cuerpo son evidentes, así que la mentalidad debe ser fuerte, la motivación tiene que ser aún más intensa”, confesó recientemente a la agencia AFP tras una extensa sesión de entrenamiento en La Habana.
Actualmente, Mijaín entrena en los colchones del “Cerro Pelado”, después de haber comenzado su preparación en enero en Croacia y Bulgaria. No obstante, pronto la fase final de su alistamiento se trasladará al balneario de Varadero, donde se encontrará confinado junto al resto del equipo de lucha. Este deporte, al igual que el boxeo, representa una de las principales oportunidades de medalla para Cuba.
La decisión de mantener en secreto su preparación tiene como objetivo preservarlo de la mejor manera posible. Esta estrategia ya fue implementada por su entrenador Raúl Trujillo, quien lo guió hacia las medallas de oro en Río 2016 y Tokio 2020, al mantenerlo alejado de eventos oficiales tras su triunfo en la capital japonesa hace tres años.
“La preparación está marchando de maravilla. Creo que hemos alcanzado los objetivos con precisión. Ya hemos tenido dos meses. La arrancada me dio la alegría que buscaba, me siento contento”, declaró, empapado en sudor después de tres horas de entrenamiento.
Con pocas palabras y aún recuperándose de la intensidad de los ejercicios, el también pentacampeón mundial resume en dos aspectos la clave para lograr su meta de una quinta corona olímpica. El primero es seguir al pie de la letra las indicaciones de su entrenador. «Solo hay que hacerle caso y tener mucha confianza en todos sus planes de entrenamiento», precisó.
El segundo aspecto se refiere a la parte física. «Lo único es no tener lesiones, como siempre he dicho, y hacia allí (a París), pa’rriba (de las colchonetas) a pelear», añadió antes de concluir que “el colchón dice la última palabra y, como siempre afirmo, repetiré lo mismo”.
Buscar repetir por quinta vez la medalla de oro es un objetivo que el “Gigante de La Herradura”, en referencia a su pueblo natal en Pinar del Río, persigue con determinación. A 20 años de su debut en Atenas 2004, Mijaín solo ha sufrido una derrota en 19 combates bajo el formato olímpico, precisamente en la capital griega, donde se fue sin medallas.
A partir de ese momento, comenzaría a forjar la leyenda que lo ha colocado en un lugar privilegiado del olimpismo, compartiendo espacio con otros históricos como el estadounidense Carl Lewis (salto largo), Michael Phelps (natación), Alfred Oerter (disco), el danés Paul Elvstrom (vela) y la japonesa Kaori Icho (lucha), todos campeones en cuatro citas olímpicas consecutivas en la misma disciplina.