Texto: Darcy Borrero
En un estadio con un aforo cercano a las 22 mil personas, alguien intentó eclipsar al veterano Tom Brady, quien lideró a los Buccaneers de Tampa hacia una victoria de 31-9 sobre los Kansas City Chiefs en la final del fútbol americano estadounidense.
Los espectadores del estadio Raymond James de Tampa vivieron un momento inesperado cuando un personaje, hasta entonces desconocido, interrumpió el juego y puso de pie a los asistentes al evento deportivo.
Vestido con una pantaloneta negra, este aficionado saltó al campo y corrió mientras se bajaba la pantaloneta, revelando un traje de baño rosa.
Si su intención era captar la atención de los deportistas y del público, lo consiguió; sin embargo, también llamó la atención de los guardias de seguridad, quienes lo detuvieron tras su audaz actuación en el terreno de juego.
Es importante mencionar que esta persona logró cruzar de un extremo a otro del campo, deteniendo cualquier acción relacionada con el balón.
Debido a la pandemia, la cantidad de asistentes fue más limitada y probablemente más reservada: de los 22 mil presentes, 7,500 eran trabajadores del sector salud que han estado en la primera línea de la lucha contra el virus.
Queda la duda sobre lo que le sucederá a este aficionado. Algunos comentaristas deportivos y expertos sugieren que podría enfrentar un veto de por vida en la NFL y en todos sus eventos, no solo en el Super Bowl.
Esta posible acción se justifica, ya que el comportamiento también molestó a otros aficionados, quienes tuvieron que esperar debido a la escena intermedia. En redes sociales, muchos expresaron su decepción, especialmente porque este año representaba la primera oportunidad para que los seguidores del fútbol americano asistieran a un partido en vivo. Además, no se sabe si será la última en un contexto de COVID-19 que persiste.