Texto: Alejandro Varela
Es sumamente complicado para un cronista deportivo abordar la redacción acerca de la derrota de su equipo. A pesar de que escribir sobre el béisbol cubano debería ser una situación a la que ya nos hemos acostumbrado, la sensación amarga que acompaña cada nuevo fracaso siempre deja una herida más profunda.
El sueño olímpico se desvaneció en menos de 36 horas, llevándose consigo meses de expectativas y preparación. Se fue el tiempo de las largas semanas dedicadas a hablar exclusivamente de béisbol y a intentar escapar de esta pandemia que ha paralizado las vidas durante más de un año. Ahora debemos asimilar que, por primera vez, la bandera de Cuba no ondeará en el campo de béisbol bajo los cinco anillos olímpicos.
Dicen que duele más cuando la sensación es que esta vez sí se podía. Se había formado un equipo aparentemente renovado, con nuevos talentos que debían asumir el protagonismo. Esa fue la impresión generalizada.
El primer revés ante Venezuela, por un estrecho margen, demostró que Cuba podía competir, pero también generó una presión que la selección no ha sabido manejar en años recientes. Y la historia con Canadá no fue diferente.
Ernie Whitt es un experimentado estratega que ha estudiado a fondo a las selecciones cubanas. No es casualidad que llegara al encuentro con cuatro victorias consecutivas en la última década. Viejas rivalidades se avivaron en el campo, y el resultado volvió a ser favorable para los norteamericanos.
Como un deja vu del lunes, Cuba permitió tres carreras en la primera entrada. Es posible que la lluvia, que retrasó el partido, haya desconcentrado al abridor Carlos Juan Viera, cuyo pobre control arruinó los planes de pitcheo. El camagüeyano Yariel Rodríguez tuvo que entrar en acción con solo dos outs en la pizarra, aunque ya el daño estaba hecho.
Yariel, el lanzador supersónico que aún no había mostrado su potencial en Japón, fue de las pocas luces en un juego oscuro. Los 11 ponches que logró a los canadienses en sus 6.1 entradas de trabajo despejaron cualquier duda sobre quién es el actual mejor pitcher cubano.
Culmina la excelente labor monticular para el RHP de @DragonsOfficial, Yariel Rodríguez (6.1 IP, 4 H, 2 R, 2 ER, HR, 4 BB, 11 SO, 105 Pit) vs #Canada en el #PreOlimpico. El camagüeyano tocó en varias ocasiones las 98 mph con su fastball y entre las 85-88 mph en su split y slider. pic.twitter.com/hcI6yygqSq
— Drian Bernal ⚾️ / 🇨🇺🇪🇨 (@Drianrogelio) June 2, 2021
No obstante, el problema no solo estaba en el montículo, ya que los canadienses contaban con seis carreras al entrar al noveno episodio. La ofensiva cubana también falló en los momentos cruciales. Al final del juego, la desventaja de tres carreras dejó un vacío considerable en el marcador, y a este nivel, las remontadas suelen ser historias de ficción.
Sin embargo, la historia no había llegado a su fin, y faltaba mucho por vivir. Para Cuba, al menos. Algo innegable es que el béisbol une a esta isla, y a pesar del desánimo, nadie se atreve a desear que el equipo de las cuatro letras pierda.
De repente, otro deja vu. Par de jugadas inusuales y el 6-5 iluminaba de nuevo el tablero, con la posibilidad de empate y ventaja en el cajón de bateo. Un cruel guionista había convertido en villano al héroe del día anterior. Lisbán Correa selló su noche fatídica en Port St. Lucie con un ponche demoledor. Un día aciago para el hombre que había debutado con un jonrón, pero que se despidió sin conectar imparables esa noche.
Se podría escribir mucho más sobre esta derrota. Palabras innecesarias, vacías. Pero el partido del miércoles contra Colombia será suficiente castigo. Un desafío que ningún equipo desea jugar. Armando Ferrer y su equipo tendrán que regresar a West Palm Beach un día antes de su vuelta a La Habana, con la mirada hacia el suelo y las manos vacías.
Un amigo advierte en el chat que las noticias sobre Cuba podrían no haberse acabado aquí. “Atento con otra fuga antes de virar”. A estas alturas, bien podrían haber puesto GPS a cada jugador, o dejarlos actuar libremente. Poco importa. O sí. Para aquellos que han relegado el béisbol a un segundo plano y aprovechan la oportunidad de la televisión en los estadios para expresar en lo que el país que los vio nacer no pueden hacer.
Momentos claves:
-La lluvia obligó a retrasar casi dos horas el comienzo del juego y el abridor Carlos Viera salió inefectivo.
-Yariel Rodríguez relevó al tunero y pudo contener la amenaza, aunque el daño ya estaba hecho y otra vez Cuba inició el juego con tres carreras en contra en el primer inning.
-Cuba dejó en base a dos hombres al inicio del cuarto, haciendo saltar del box al abridor canadiense Ryan Kellog, pero el relevista Mulleken controló el avance cubano.
-Cañonazos de Roel y Mujica al iniciar el quinto encendieron la mecha, pero Samón bateó para doble play. Cuba logró descontar una, pero no pudo aprovechar la oportunidad para abrir un rally.
-El inning de la suerte fue para Cuba, que descontó dos gracias al bateo oportuno de Mujica y Samón, combinado con errores defensivos canadienses.
-Canadá anotó una en el séptimo y otra en el octavo, ampliando el marcador a 6-3.
-Otro final melancólico para Cuba, que se acercó a 6-5, pero esta vez Lisbán Correa se ponchó con la oportunidad de empate y ventaja en sus manos. Fin de la historia.
-Positivo:
-Yariel Rodríguez necesitó seis inning y un tercio para demostrar que es el mejor pitcher cubano del presente.
-El intermedista Yadil Mujica no iba a ser titular, pero tras la fuga de César Prieto se le abrió un espacio y ha sido el mejor bateador cubano, conectando hoy de 4-3, todos sencillos dirigidos hacia la banda contraria.
Negativo:
-De los 11 hits cubanos, solo uno provino de la alineación de 3ro, 4to y 5to. Es imposible aspirar a la victoria si el centro de la alineación se va de 14-1.
-El receptor Yordanis Alarcón mostró un rendimiento deficiente detrás del plato y sus errores costaron carreras.
Preocupante: Este equipo Cuba parecía diferente a los de años anteriores, al menos en el papel, pero la ilusión se rompió una vez más. ¿Hasta cuándo seguirán los fracasos del béisbol cubano?
Esperanzador: Absolutamente nada con ese color. Los sueños olímpicos de millones de cubanos se evaporaron en otra triste noche.
Detalle: Canadá derrota a Cuba por quinta vez consecutiva en los últimos seis años. Si en su momento Holanda fue nuestra némesis, ahora podemos sumar también al equipo de Ernie Whitt.