Cubanos aguardando una declaración oficial respecto a Ómicron.

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Foto Roy Leyra / CN360

Mientras se espera un pronunciamiento oficial en Cuba sobre ómicron, la nueva variante sudafricana del COVID-19 considerada «de preocupación» por la Organización Mundial de la Salud (OMS), y en el contexto de las cifras positivas de control de la pandemia que han permitido abrir el país al turismo internacional, en la provincia de Ciego de Ávila, un importante destino turístico, se ha registrado un aumento en los decesos por coronavirus.

Las pruebas preliminares indican un mayor riesgo de reinfección y un «cambio perjudicial en la epidemiología de la COVID-19», afirmó la OMS en un comunicado tras una reunión a puerta cerrada de expertos independientes que revisaron los datos disponibles.

“Esta variante presenta un número significativo de mutaciones, algunas de las cuales son preocupantes. Las pruebas preliminares sugieren un mayor riesgo de reinfección con esta variante, en comparación con otras”, subrayó la agencia de salud de la ONU, según lo informado por Reuters y ONU Noticias.

En este contexto, el protocolo de atención al coronavirus en Ciego de Ávila, diseñado por las autoridades sanitarias, está “haciendo aguas y aún no ha llegado el fin de año”, según el periódico del partido comunista en la región, El Invasor.

En la provincia, la mortalidad ha aumentado, reportando nueve fallecimientos en la última quincena, de acuerdo con estadísticas del 24 de noviembre, lo que eleva la tasa de mortalidad del COVID-19 en la región al 3.9%, superando notablemente el indicador nacional, que se calcula en 0.86, según detalla el diario.

Este comportamiento podría estar relacionado con el tiempo que toma ingresar a los pacientes o con el grupo etario más afectado, destacando un brote en el Hogar de Ancianos de Primero de Enero, con más de 30 positivos.

Es importante recordar que Ciego de Ávila y Matanzas fueron gravemente afectadas este 2021, en un momento en que la isla enfrentaba altos índices de contagios de COVID-19, lo que llevó al colapso de su sistema de salud, con insuficientes capacidades hospitalarias (muchos pacientes debieron permanecer en sus hogares, donde incluso fallecieron) y escasez de oxígeno y medicamentos para tratar a los enfermos.

La grave situación en ambos territorios obligó al personal de los cementerios a excavar tumbas de manera urgente debido al creciente número de fallecidos por el coronavirus.

Desde octubre hasta la fecha, los indicadores del control de la pandemia han mostrado, según datos proporcionados por las autoridades sanitarias y gubernamentales, una mejora gradual que ha permitido relajar ciertas medidas restrictivas en el país con el inicio del curso escolar y la apertura de centros recreativos y culturales, entre otros; lo que ha provocado que algunos ciudadanos descuiden las medidas de protección, como el uso adecuado del nasobuco (mascarilla) y el distanciamiento social.

Actualmente, las calles de La Habana y otras provincias de Cuba presentan una gran afluencia de público; el Ministerio de Transporte (MITRANS) ha indicado que los ómnibus urbanos, que han disminuido aún más su número debido a roturas y falta de piezas para su mantenimiento, aumenten su capacidad de transporte de pasajeros. Esto ha llevado a que en La Habana los autobuses circulen abarrotados; además, las colas para comprar alimentos y otros productos se están formando días antes de la llegada de mercancías a los mercados, con la incertidumbre de que esto ocurra realmente; mientras que las agencias particulares de taxis operan las 24 horas, aunque la vida nocturna de la capital no ha podido recuperar su ritmo anterior.

En este momento, el tema más comentado en las calles de La Habana es omicron, ante el agrio recuerdo que dejaron las cepas Beta y Delta y el severo confinamiento al que estuvo sometida la isla, forzando a la mayoría de la población a permanecer en sus hogares.

El parte del Ministerio de Salud Pública (MINSAP) reporta este 27 de noviembre 153 nuevos casos de COVID-19 a partir de 20,718 muestras procesadas en el día. Actualmente, hay 3,885 pacientes ingresados, 2,807 son sospechosos, 153 están en vigilancia y 925 son casos activos confirmados. Desde el inicio de la pandemia, se contabilizan 8,300 fallecidos.

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